Un obrero trabaja en una mina de tierras raras en el condado de Nancheng, provincia de Jiangxi, China. (Jie Zhao/Corbis/Getty Images)

Las tierras raras amplían la rivalidad entre potencias. ¿Quién tiene el dominio? ¿Cuáles son los retos futuros y cómo hay que transformarse?

El petróleo cede el testigo a las tierras raras

Las tierras raras comienzan a cobrar protagonismo a medida que la geopolítica de la tecnología pone de manifiesto que, en un entorno de amplia rivalidad entre potencias, disponer de capacidad tecnológica y de innovación resulta tan estratégico como tener asegurado el abastecimiento de minerales tecnológicos clave.

Dos caras de la misma moneda. No existe alta tecnología sin innovación, pero tampoco sin elementos como las tierras raras que se utilizan en la transición energética, en la transición digital y también en la fabricación de equipamiento militar. Las tierras raras recogen el testigo del petróleo para seguir fomentando desarrollo económico y, como en el caso del conocido como oro negro, influyendo como palanca en el tablero geopolítico global.

En este sentido, cuarenta años separan dos visiones geopolíticas que hoy parecen encontrarse. El comentario de Deng Xiaoping de “Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras” corresponde a la etapa en la que el gigante asiático comenzó a posicionarse en el hueco dejado por Estados Unidos en el mercado de las tierras raras. Cuatro décadas después, y bajo una intensa tensión geopolítica por la creciente rivalidad tecnológica entre Washington y Pekín, el presidente estadounidense Joe Biden ha enmarcado esta etapa de rivalidad bajo la reflexión de: “No podemos construir un futuro hecho en Estados Unidos si dependemos de China para los materiales que impulsan los productos de hoy y de mañana”.

La diferencia no es únicamente el tiempo transcurrido entre ambas reflexiones, sino la dimensión de la aportación del petróleo y las tierras raras al desarrollo económico global. Y es que, mientras la evolución del mercado del petróleo ha influido fuertemente en la economía global en los últimos años, permitiendo a China intensificar su industrialización, el proceso de transición energética va a tener un efecto más prolongado y de mayor dimensión que el petróleo, requiriéndose más décadas de inversión en energías verdes. Un tiempo de elevada demanda de materias primas ya que las tecnologías bajas en carbono hacen un uso más intensivo de los minerales tecnológicos. Solamente los coches eléctricos ya generan incrementos de demanda de determinadas materias primas que llevan, en algunos casos, al doble dígito.

Un trabajador produce materiales magnéticos utilizados en campos como el almacenamiento de energía, la energía fotovoltaica y la carga de vehículos de nueva energía en Guanyouda Magnetic Industry Co, LTD en Hai 'an High-tech Zone, provincia oriental china de Jiangsu. (CFOTO/Future Publishing/Getty Images)

De la mina al imán

La cadena de suministro de las tierras raras engloba la doble complejidad de incorporar alta especialización tecnológica para pasar de la mina al imán, además de requerir la participación de diferentes actores en varios países hasta conseguir los elementos derivados de las tierras raras. Tras años ...