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Niños de una barriada de Nairobi aprenden como lavarse las manos para prevenir el coronavirus, Kenia, marzo 2020. YASUYOSHI CHIBA/AFP via Getty Images

Millones de personas carecen de acceso al agua en el mundo, una situación que complica la prevención ante la pandemia de coronavirus.

Lávate las manos. Este consejo, convertido estos días de coronavirus en una obligación, se repite insaciablemente. Carteles con recomendaciones, mensajes televisivos y tutoriales explicando cómo hacerlo para que sea más eficaz inundan las redes sociales y nutren día sí y día también los medios de comunicación. Agua, jabón y frotar, también entre los dedos. La receta parece sencilla, pero los ingredientes no son tan fáciles de conseguir.

La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, unos 3.000 millones de personas, según datos de Naciones Unidas, que prevé además que el porcentaje aumente debido a la sobreexplotación de muchas cuencas de agua. Y solo tres de cada cinco personas en todo el planeta disponen de instalaciones básicas para lavarse las manos, según los últimos datos del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef). “Lavarse las manos con jabón es una de las cosas más baratas y efectivas que puede hacer para protegerse y proteger a otros contra el coronavirus, así como muchas otras enfermedades infecciosas. Sin embargo, para miles de millones, incluso este paso más básico está simplemente fuera del alcance”, ha afirmado Sanjay Wijesekera, director de programas de Unicef.

Abrir un grifo es muchas veces tarea imposible. Basta mirar un poco más allá de nuestros ombligos para darse cuenta de que la recomendación más repetida en muchos sitios resulta inútil. Sobre todo, en territorios del África subsahariana y de Asia central y meridional. Y los últimos datos informan de que 33 de los 55 países africanos ya han confirmado casos de personas infectadas por el Covid-19. De momento, algunos cuentan con instalaciones para aislar a personas, usadas en casos de otras enfermedades graves como el ébola, y para realizar las pruebas de diagnóstico. Las restricciones de vuelos es hasta ahora la medida más extendida en el continente africano.

Ante una pandemia global que se supone que afecta a todo el mundo sin distinción, no tener acceso al agua en tu casa establece ya de inicio una desigualdad para afrontar y prevenir el virus.

El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, que este año iba a estar dedicado a la relación entre el agua y el cambio climático, pero ante la situación de las últimas semanas, la ONU ha añadido mensajes sobre el coronavirus y la importancia de la higiene en sus mensajes. “Lavarte las manos te puede salvar la vida y proteger a tus seres queridos”, insisten desde Unicef.

 

Problemas de acceso en todas las latitudes

“Ahí dice que uno tiene que estarse lavando las manos a cada momento. Pero, ¿cómo? Y que la ropa hay que estar cambiándosela a cada momento. Yo no me puedo lavar las manos con la frecuencia que debería de ser”. Así se explica, en un reportaje del medio salvadoreño elfaro.net titulado ‘Sin agua y con el coronavirus rondando’, una enfermera. Cuenta que en su trabajo se lava a menudo, algo que no puede repetir al llegar a casa.

Argentina, Nicaragua, Perú… son varios los medios de distintos países que alertan de la imposibilidad de lavarse las manos para mucha gente. También llegan noticias de acaparamientos de agua en los supermercados de grandes ciudades. El agua es vida y en tiempos de pandemia es medicina. El coronavirus ha llegado ya a 160 países y, del hemisferio Sur, apenas se salvan algunos africanos, como Angola, Libia, Madagascar, Níger… aunque la información cambia cada minuto y es probable que, cuando leas estas líneas, tengas que revisar la última hora que ofrecen centros como el Johns Hopkins University Coronavirus Resource Center, con un mapa en tiempo real de la evolución del virus que se ha convertido en una referencia a la hora de evaluar el alcance de la pandemia.

Vivir sin agua es un peligro ante el Covid-19, pero también para otras muchas enfermedades. Cada día, alrededor de un millar de niñas y niños muere debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene, de nuevo siguiendo datos de la ONU. No tener acceso a un sistema de saneamiento adecuado también es fuente de mala salud.

Aunque estos datos abrumadores siempre llevan a mirar lejos, la visita a España el pasado febrero del relator especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, reenfocó la mirada también a nuestro entorno más cercano. "He visitado lugares que sospecho que muchos españoles no reconocerían como parte de su país. Un barrio pobre con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados, sin agua corriente, electricidad ni saneamiento, donde los trabajadores inmigrantes llevan años viviendo sin ninguna mejora en su situación", denunció el alto funcionario.

Los camioneros que trabajan estos días en un país recluido también tienen dificultades para tener acceso a una fuente de agua y saneamiento para poder llevar una higiene adecuada durante su trabajo, como se narra en este reportaje.

Y Médicos sin Fronteras ha denunciado la falta de agua en territorio europeo, como en los campos para personas refugiadas en Grecia. “En algunas partes del campo de Moria solo hay un grifo de agua por cada 1.300 personas y no hay jabón disponible. Familias de cinco o seis miembros tienen que dormir en espacios de no más de tres metros cuadrados. Esto significa que las medidas recomendadas para prevenir la propagación del virus, como el lavado frecuente de manos y el distanciamiento social, resultan simplemente imposibles”, afirma la doctora Hilde Vochten, coordinadora de esta ONG en Grecia.

Sin agua, no hay una vida digna. El agua es un derecho humano desde 2010, tras su aprobación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde 29 países votaron en contra y 41 se abstuvieron. Desde entonces, un puñado de países han incluido este derecho en su Constitución, pero el camino para que sea un derecho efectivo aún es largo y complicado. De hecho, los cortes de suministro por impago siguen siendo una realidad. Ahora, en días de coronavirus, algunos Estados están estableciendo moratorias para el pago de estas facturas. Sin pandemias, los cortes son habituales a pesar de ser un derecho universal.

Lavarse las manos salva vidas. Pero lavarse las manos a veces resulta demasiado complicado, cuando no imposible.