Militantes del Estado Islámico rezan en la ciudad siria de Raqqa, septiembre de 2014. AFP/Getty Images
Militantes del Estado Islámico rezan en la ciudad siria de Raqqa, septiembre de 2014. AFP/Getty Images

Un análisis esencial para entender los orígenes del Estado Islámico, los agravios que alimentan su narrativa, así como los factores económicos y sociales que rodean a este complejo fenómeno.


Estado Islámico. Geopolítica del caosestadoislamicoCover

Javier Martín

Los libros de la Catarata, Madrid


Desde diversos enfoques, y con diferentes planteamientos, son numerosos los análisis y debates políticos que abordan todo aquello relacionado con Daesh o Estado Islámico. Conocer su origen y los posibles factores que contribuyeron a su aparición; su estructura y funcionamiento en las distintas esferas de la sociedad y sobre el territorio en el que se asienta; así como los hipotéticos caminos por los que adentrarse para intentar afrontar el problema de manera sensata es, hoy en día, más necesario que nunca.

Sin lugar a dudas, el nuevo libro del periodista y arabista Javier Martín, Estado Islámico. Geopolítica del caos, responde de manera detallada e incisiva, sin atisbo de condescendencia, a cada uno de estos interrogantes. Como en otras de sus obras, el autor se adentra en las raíces de un complejo fenómeno que resulta tan popular como desconocido. A lo largo de las 150 páginas de este libro, nos regala una auténtica recopilación de experiencias, declaraciones, datos históricos y poderosa narrativa que vienen a poner algo de luz a este laberinto de intereses. De esta forma, el libro se encuadraría dentro de un tipo de periodismo crítico que se preocupa por desenmascarar el habitual discurso reduccionista y dominante, dejando a la vista del lector los a menudo olvidados factores económicos y sociales circundantes. La idea principal, desarrollada a lo largo de 11 capítulos –a los que acompañan un prólogo, una introducción y un epílogo–, se asienta sobre la necesidad de tomar consciencia de la naturaleza del Estado islámico, hecho que nos permite desmontar aquellos mitos y pretendidas justificaciones de actuaciones pasadas que vendrían a rebajarlo a la categoría de “simple movimiento terrorista”.

A partir de este momento, y tomando esta tesis como punto de partida, los cuatro primeros capítulos tienen un mismo hilo conductor: el origen del fenómeno. En el primero, el autor propone tomar en consideración dos fechas simbólicas como posible comienzo: por un lado, 2000, cuando el autócrata sirio Hafez al Assad se asegura que el látigo dictatorial sea heredado, pasos que intenta seguir el egipcio Hosni Mubarak pero que finalmente es incapaz de materializar por la resistencia de su propia cúpula militar. Y por otro, 1999, momento en el que el jordano Abu Musab al Zarqaui abandona la cárcel de Al Sawwaqa y se refugia en las montañas del Kurdistán iraquí bajo el manto protector de la organización Ansar al Islam. Con independencia de por cuál se opte, el punto de inflexión, tal y como se narra en el segundo capítulo, viene marcado por la invasión anglo-estadounidense de Irak en 2003, en la que se comete el gran error “de destruir el Ejército iraquí y, sobre todo, de ...