
Desde enero ha habido 1.411 desapariciones forzosas que el Gobierno egipcio niega.
En los días y meses que siguieron al alzamiento del 25 de enero de 2011 que acabó con el reinado de Hosni Mubarak ardieron muchos edificios gubernamentales. Tal vez el más simbólico de aquellos incendios fuera el que afectó al Ministerio del Interior, el epítome de la represión. A muchos les habría gustado quemar a toda la jerarquía del Amn el Dawla, la Seguridad del Estado, en aquel incendio. Pero cuatro años largos después las cenizas han abonado el terreno para que el Ministerio del Horror continúe hundiendo sus raíces a lo largo del Nilo y dicte el ritmo de las vidas de los egipcios.
De la antigua Seguridad del Estado, ahora Amn el Watani (Seguridad Nacional), ha cambiado poco más que el nombre, según activistas políticos y de derechos humanos. Desde enero 11.877 personas han sido detenidas bajo cargos de terrorismo, incluyendo mujeres y niños. Hay 700 universitarios que llevan dos años encarcelados y ha habido casi 100 muertes de detenidos; condenas a muerte masivas (desde el golpe, más de 1.700 personas han sido condenados a la pena capital incluido el ex presidente Mohamed Morsi); encarcelamiento de activistas políticos y periodistas, etcétera.
“La primera vez que me secuestraron, en los 90, fue en la esquina de ese edificio. Me dijeron que subiera al coche por las buenas o que la policía que estaba junto a la sinagoga [en el centro de El Cairo] les ayudarían a meterme por las malas”, explica Gamal Eid, director de la Red Árabe para la Información de Derechos Humanos. Esta práctica habitual del aparato del régimen ha vuelto con más virulencia que nunca, según las organizaciones locales. “Nunca hemos estado tan mal como ahora”, concluye Eid. “Ni con Mubarak”.
Desde que empezó 2015 se han producido 1.411 desapariciones forzosas, según organizaciones de derechos humanos en el país. Entre abril y junio fueron 163, según documentó la campaña Libertad para los Valientes. Y sólo en agosto y septiembre hubo 215 casos más, documentados por la Comisión Egipcia por los Derechos y Libertades (ECRF). Al menos 63 de esas personas fueron posteriormente localizadas en dependencias policiales o de la Seguridad Central, pero nada se sabe de otras 152, según el informe de la campaña "Alto a las desapariciones forzadas" auspiciado por el ECRF y publicado en octubre.
La Comisión habla de tres categorías de desaparecidos: aquellos que aparecen con cargos de protesta ilegal o de pertenencia a un grupo prohibido posteriormente; aquellos que son acusados de actividades violentas y pertenencia a grupos terroristas y aquellos a los que finalmente se libera. Además apuntan a islamistas y activistas como el principal objetivo de esas desapariciones.
Uno de esos casos es el de Esraa el Taweel cuya foto llorando tras ser prorrogada su estancia en prisión pendiente de juicio corrió como la pólvora ...
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