Una mujer uzbeka toma fotografías de los mosaicos de Shah-i-Zinda, Shohizinda, Necrópolis, Samarcanda, Uzbekistán. (Petr Svarc/Education Images/Universal Images Group/Getty Images)

¿Puede la conectividad digital reforzar los lazos entre la UE y las repúblicas centroasiáticas?

Hace más de un siglo, decía el geógrafo Harold Mackinder que Asia Central no solo era el corazón de Eurasia, sino que era el pivote sobre el que gira el destino de los grandes imperios del mundo. Es más, nos decía que la historia europea estaba subordinada a la de Asia.

No le faltaba razón a este geógrafo británico teniendo en cuenta que Asia Central ha sido históricamente un cruce de caminos, de batallas y conquistas, pero también de intercambios comerciales entre Asia y Europa. La llamada "Ruta de la seda" no fue sino una red de caminos comerciales que comenzó hacia el siglo II de nuestra era, y que transcurrían desde China hasta Europa a través de todo el territorio euroasiático. Hoy, en plena era digital, Pekín apuesta por una nueva Ruta de la seda para desplegar todo su potencial económico y tecnológico, orientando su diplomacia hacia el ámbito digital. Asia Central, ese gran territorio que estuvo bajo el régimen soviético y muy susceptible, actualmente, de la influencia china, es estratégicamente interesante para Europa y puede unir más los lazos entre los países europeos y los centroasiáticos a través de la tecnología y la conectividad digital. 

Un nuevo comienzo en las relaciones 

Tras la caída de la Unión Soviética, surgió un claro interés en Europa por impulsar la relación con las exrepúblicas soviéticas centroasiáticas (Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán) y, así, acercar de nuevo dos continentes a través del reforzamiento de los intereses comunes en lo que se refiere a prosperidad económica, conectividad, energía y seguridad, especialmente tras la pandemia de la covid-19, donde estos países han sufrido un fuerte impacto socio-económico. En un contexto geopolítico complejo, los Estados de Asia Central pretenden ampliar sus opciones geoestratégicas y contar con presencia europea para contribuir a la modernización de la región. Al mismo tiempo, la UE puede apoyar a los Estados de Asia Central promoviendo las inversiones, contribuyendo a su transformación digital y facilitando el comercio dentro y fuera de la región para diversificar las rutas de transporte. 

Ya en 2019, la UE adoptó una nueva Estrategia para la región centroasiática, que incluye la cooperación regional y la modernización a través de la innovación y las inversiones como ejes principales. La Unión pretende cooperar con Asia Central en materia de innovación, en ámbitos como la gestión integrada de fronteras, la reforma de la administración pública, el comercio, el transporte y la infraestructura energética, así como el apoyo a las PYMES. En particular, se recoge como de especial interés reforzar la cooperación en la economía digital entre ambas regiones, centrándose en “promover el acceso a una conectividad de banda ancha asequible, abierta y segura y a la infraestructura digital”, lo que incluye la “adopción de las reformas normativas necesarias; el apoyo al desarrollo y mantenimiento ...