El presidente ruso, Vladímir Putin, inspecciona un helicoptero Mi-24 en la base militar de la ciudad de Korenovsk, Rusia. Mikhail Klimentyev/AFP/GettyImages

Al contrario de lo que se ha afirmado recientemente, Rusia no ha reducido su presupuesto de defensa para 2017.

El pensamiento ortodoxo sobre las ambiciones militares de Moscú pareció tambalearse de pronto cuando la respetada fuente de informaciones sobre temas de defensa, IHS Jane’s, publicó una noticia titulada “Rusia anuncia los mayores recortes en el presupuesto de defensa desde los 90”. Después de analizar los ingresos de la Hacienda Federal de Rusia, la revista afirmaba que el presupuesto de defensa se reduciría un 25,5%, de 3,8 billones de rublos (60.820 millones de euros) a 2,8 billones de rublos (44.640 millones de euros). De ser cierta, esta reducción habría sido importantísima y habría podido desbaratar no solo los ambiciosos planes del, Presidente ruso, Vladímir Putin, para la modernización de su ejército sino también la estabilidad económica del país e incluso su prestigio político.

Sin embargo, como vamos a ver, el titular era muy engañoso, por una serie de razones que demuestran lo problemáticas que pueden ser las definiciones de “gasto de defensa”. Y la realidad refleja la paradoja del putinismo en tiempos recientes: el presidente de Rusia ha caído en la trampa de su propio éxito.

 

Una ligera contracción

El presupuesto de defensa para 2017 ha disminuido, pero no un 25%, ni mucho menos. La confusión se debe a varios motivos.

En primer lugar, los datos de la Hacienda Federal no tienen en cuenta más que los gastos materializados, y no las partidas asignadas. Por ejemplo, en 2016, los contratos de defensa del Estado solo se ejecutaron en un 88%. Desde la perspectiva de la Hacienda rusa, eso podría interpretarse como un “recorte del 12% en las adquisiciones”, pese a que, en la práctica, es probable que al menos parte de la diferencia permanezca como remanente y se gaste en 2017.

En segundo lugar, la cifra de referencia para 2016 se distorsionó por un ajuste concreto. En los últimos años, los proveedores de defensa en Rusia se han visto obligados a recurrir a préstamos comerciales para cubrir los costes de fabricar equipamiento militar. El coste del servicio de esa deuda estaba empezando a repercutir en los precios y la solvencia de las empresas, por lo que, en diciembre de 2016, el ministerio de Finanzas liberó nuevos fondos, algo más de 700.000 millones de rublos, para saldar las cuentas. En los términos estrictos que utiliza la Hacienda Federal, eso elevó de pronto el presupuesto de defensa para 2016 de 3,07 billones de rublos a unos 3,8 billones.

Un bombardero ruso Sukhoi Su-35 aterriza en la base militar rusa en la provincia de Latakia , Siria. Vasily Maximov/AFP/Getty Images

Si se deja aparte esta medida concreta, la tendencia es mucho más moderada: un recorte nacional aproximado del 7%. Y el verdadero recorte seguramente es incluso inferior. El motivo es que, en Rusia —todavía más que en Occidente—, el gasto ...