Una de las consecuencias más importantes de la guerra en Ucrania es la potencial aceleración de la tendencia hacia la remilitarización que se ha observado a escala global en los últimos años. El gasto militar puede resultar controvertido en lo que se refiere al análisis y la práctica de la consolidación y el mantenimiento de la paz.

El gasto militar puede hacer que los recursos, siempre limitados, se desvíen desde sectores que producen un mayor rendimiento, como la educación, la sanidad y la investigación en tecnología, y podría conducir a carreras armamentistas desestabilizadoras. Sin embargo, un ejército bien desarrollado puede actuar como elemento disuasorio ante amenazas externas e internas y podría contribuir a las operaciones internacionales de mantenimiento de la paz. Comprender el nivel adecuado de gasto militar es difícil y son muchos los factores que pueden influir, entre ellos la valoración que se haga de futuros riesgos, la percepción pública de la seguridad y las posturas que mantengan otros Estados. Los aumentos en el gasto militar causan un deterioro en la puntuación del Índice de Paz Global (IPG) ya que la definición de paz es la ausencia de violencia o de miedo a la violencia. Los países incrementan su gasto militar a causa de sus preocupaciones por su seguridad o para impulsar su poder coercitivo. Por lo tanto, los aumentos en el gasto de defensa como resultado de la guerra en Ucrania son una novedad preocupante.

Es importante destacar que el gasto militar que se analiza en este artículo se refiere a desembolsos reales en su equivalente en dólares estadounidenses o como proporción del PIB. 

Una perspectiva a largo plazo

El gasto militar fue extremadamente alto durante el período de la Guerra Fría (1947-1991), especialmente hacia finales de los 90. Las cifras recogidas por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) muestran que, a finales de los 80, el gasto global había alcanzado los 1,5 billones al año en dólares de hoy después de ajustar considerando la inflación. Tras la disolución de la Unión Soviética de 1988 a 1991 y el final de su carrera armamentística con Estados Unidos, el gasto militar global se redujo en casi un tercio. La década de los 2000 fue testigo de una recuperación del gasto militar, en gran parte debida a la “guerra contra el terror” estadounidense y a una serie de conflictos en Oriente Medio y el norte de África.

Sin embargo, el incremento del gasto militar en las últimas cuatro décadas ha sido enteramente debido al crecimiento económico y al aumento de los presupuestos públicos. Cuando se calcula como una proporción del PIB, el gasto militar mundial se redujo del 4% a principios de los 80 a menos del 2% en la década de 2010. Estos valores se computaron haciendo la media de los ratios gasto-PIB de los países individuales, aunque otras metodologías llegan a conclusiones similares.

Las cifras sugieren que las naciones de todo el mundo, a propósito o no, han intentado mantener el gasto de ...