
Las repercusiones en materia exterior que puede tener la hipotética victoria del opositor Kemal Kiliçdaroglu.
El próximo 14 de mayo, Turquía celebrará elecciones presidenciales y legislativas en las que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, se someterá a una especie de plebiscito tras dos décadas en el poder. La cita electoral tiene igualmente cierto simbolismo histórico, ya que el país euroasiático conmemora este 2023 el centenario de su proclamación republicana.
El momento es, por tanto, decisivo para medir la popularidad y la gestión de Erdogan y su partido islamista AKP. La oposición liderada por Kemal Kiliçdaroglu afronta el reto electoral a través de una plataforma unitaria que, según afirman algunas encuestas, tiene capacidad para derrotar a Erdoĝan en las urnas, aunque de forma muy ajustada. La crisis económica y las secuelas del terremoto que asoló a Turquía a comienzos de febrero son factores que igualmente contribuyen con la caída de popularidad de Erdogan, especialmente entre los votantes más jóvenes.
Una victoria opositora implicaría no sólo el final de la era Erdogan sino un previsible cambio de orientación geopolítica para una Turquía que, en los últimos años, ha manifestado su disposición a trazar lazos euroasiáticos (con Rusia y China principalmente), así como dentro del espacio lingüístico y étnico panturco, por encima de la inclinación atlantista y prooccidental que Turquía ha venido manifestando desde su proclamación republicana en 1923, pero principalmente desde que, en 1952, se convirtió en miembro pleno de la OTAN.
Si bien ha alcanzando sólidas mayorías electorales que refuerzan su popularidad, Erdogan ha polarizado a la sociedad turca trazado una estructura de poder personalista que en Occidente se ha catalogado como "autocratizadora". Esta tendencia se ha asentado tras la reforma constitucional de 2017. Por lo tanto, cabe preguntarse en qué medida una hipotética victoria de la plataforma opositora permitirá disminuir el legado autocrático de Erdogan, recuperando los equilibrios políticos e institucionales, muy laminados en estas dos décadas en el poder.
El posible final del erdoganismo calibrará igualmente una nueva etapa política que, visto en perspectiva, recuerda la atomización política (con visos de cierta inestabilidad) vivida por Turquía en los 90, y que principalmente se materializaron tras el final de la etapa de Turgut Özal (1983-1993) como primer ministro y presidente, respectivamente.
Kiliçdaroglu: la opción anti-Erdogan
Recientemente, el líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Kemal Kiliçdaroglu (74 años), presentó formalmente su candidatura para medirse contra Erdogan en los comicios presidenciales que, inicialmente previstos para junio, fueron súbitamente adelantados para el próximo 14 de mayo.

Kiliçdaroglu acude como candidato de la denominada - ...
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