El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, abandona el escenario después de un discurso. (Brendan Smialowski/AFP/Getty Images)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, abandona el escenario después de un discurso. (Brendan Smialowski/AFP/Getty Images)

El rumbo de la política exterior de EE UU variará dependiendo del mandatario que esté al mando de la Casa Blanca. He aquí los posibles escenarios.

¿Qué política exterior tendrá Estados Unidos a partir de 2017? La respuesta no se encuentra en los vagos y generales enunciados de los candidatos a la presidencia, fundamentalmente centrados en política nacional, sino en el lugar que ocupa EE UU en un sistema internacional multipolar. La política exterior que seguirá Washington estará relacionada con el descenso de su poder político y económico global, el ascenso de otras potencias, y las formas de enfrentar nuevos actores violentos, especialmente no estatales.

Estados Unidos continuará buscando puntos en común con Rusia y China y fomentará alianzas económicas que equilibren la disminución de su poder militar. No llevará a cabo intervenciones militares masivas y ejercerá la fuerza selectivamente usando medios de alta tecnología con el fin de no poner efectivos estadounidenses en peligro. Renunciará a construir o reconstruir Estados. Paralelamente, tratará de mantener el liderazgo entre sus aliados pero presionando para que gasten más en defensa, y continuará cooperando con gobiernos, aunque sean dictatoriales, que le ofrezcan estabilidad (aunque esto le traerá crecientes problemas con Pakistán, Arabia Saudí y Egipto).

Gane quien gane, la idea de que Estados Unidos debe “liderar” o debe ser la “primera” nación del mundo estará presente porque es parte del imaginario político de la sociedad estadounidense. Sin embargo, de una u otra forma ese país tendrá que pactar con socios y rivales en un mundo donde ya no es el líder.

Tierra quemada y simplificaciones

Los candidatos republicanos y demócratas han hecho hasta ahora declaraciones más o menos genéricas. En el Partido Republicano, Ted Cruz, que se ha retirado de la carrera presidencial tras la derrota en las primarias de Indiana, hacía gala de ser un duro halcón hacia Rusia y China. Pese a sus orígenes latinos, no ha mostrado gran interés por América Latina (más bien al contrario). África no existía en su horizonte y tenía una visión muy simplista de la complejidad de Oriente Medio. Por ejemplo, ha propuesto acabar con el autoproclamado Estados Islámico (EI) bombardeando masivamente Siria e Irak (carpet bombing).

Donald Trump ha centrado todo su arsenal en construir una agenda conservadora interna y sólo ahora ha empezado a pronunciarse confusa y contradictoriamente sobre política exterior, inclinándose hacia el aislacionismo, tendencia a replegar al país de guerras y grandes compromisos. En la primera etapa de su campaña, Trump se limitó a proponer “America first” con un lenguaje de choque, simplificaciones, propuestas absurdas y graves errores, por ejemplo, sobre la proliferación nuclear, que han causado estupor ante la eventualidad de su victoria.

Pero, en una intervención el 26 de abril, Trump cambió el rumbo y estilo, indicando que buscará recomponer las relaciones con Rusia y China, y se reunirá con los aliados europeos y asiáticos para discutir su ...