
Las autoridades europeas deben contrarrestar los enormes costes de la contención del virus y, al mismo tiempo, mantener una deuda sostenible en todos los Estados miembros de la eurozona. Pero también necesitan un plan para estimular una recuperación en V.
Los gobiernos están restringiendo deliberadamente la actividad económica por motivos de salud pública. Esta es la primera fase de la crisis, y el 10 de marzo, en un análisis del CER, explicamos que las autoridades deberían compensar la caída de ingresos de las empresas y las familias. Casi todos los Ejecutivos europeos han puesto en marcha políticas similares a estas propuestas: préstamos de emergencia para proporcionar liquidez a las empresas y financiación a los bancos, políticas laborales a corto plazo y ayuda salarial para prevenir el desempleo. Son estrategias que generarán inmensos déficits públicos este año, y los costes de endeudamiento ya han subido en Italia, España, Portugal y Grecia. Pero los políticos, además, deben prepararse para la segunda fase de la crisis. Deben impedir una recuperación débil, estimular la economía en cuanto el virus esté suficientemente controlado como para que la gente pueda volver al trabajo. ¿Qué pueden hacer los gobiernos para facilitar la recuperación? ¿Y qué debe hacer ahora la eurozona para garantizar que todos ellos dispongan de la capacidad necesaria para llevar a la práctica las dos fases de este plan?
Los mercados son inestables porque los inversores no saben cuánto tiempo se van a prolongar las políticas de contención, y existe el peligro de que, cuando la crisis empiece a remitir, las medidas fiscales y monetarias se revoquen demasiado pronto, como sucedió tras las crisis financiera. Ahora, como entonces, los gobiernos están aumentando los déficits para mantener a flota las empresas y los hogares. Pero, después de 2010, la mayoría de ellos emprendieron políticas de austeridad, y solo unos pocos lo hicieron debido a las presiones de los mercados de bonos. Luego, en 2011, el Banco Central Europeo (BCE) subió los tipos de interés.
Los gobiernos y los bancos centrales deben dejar claro que estimularán la economía cuando termine la fase de contención estricta. Eso servirá para que las políticas de control actuales sean más eficaces. Si saben que en el futuro recibirán estímulos, los bancos estarán más dispuestos a conceder créditos, confiando en que sus ingresos futuros serán mayores que si no los hubiera. Los trabajadores, en particular los autónomos, estarán más dispuestos a quedarse en casa para evitar la transmisión del virus si tienen más seguridad de que, cuando acabe la emergencia, no va a faltar el trabajo. Y las empresas quizá dediquen este tiempo de cierre temporal para invertir en su negocio.
Se necesitan políticas monetarias y fiscales. El BCE debería anunciar que va a permitir un periodo de inflación por encima del umbral fijado para compensar el hecho de que ahora está por debajo: hace varios años que la inflación en la eurozona no pasa del 1%. El año pasado, el BCE dijo rotundamente que quería que experimentara una ...
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