
Ucrania y Europa se han librado de una guerra generalizada. El acuerdo de paz alcanzado in extremis por los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania constituye una frágil esperanza. Pero hay rumores de que los rebeldes se han negado a firmar el documento. Nadie sabe si cesarán los enfrentamientos en las regiones del este, Donetsk y Lugansk. Muchos habitantes de Budjak, la Besarabia ucraniana, temen que la violencia se extienda a su región.
Besarabia es una región del sureste de Europa Oriental. Para hacerse una idea de las convulsiones que han sacudido este territorio basta recordar un dato: en los últimos 200 años este espacio ha pasado por las manos de nueve Estados diferentes. Limita al norte y este con Ucrania y al sur y oeste con Rumanía. Hoy día la mayor parte de aquel territorio histórico se corresponde con Moldavia. El extremo meridional de la denominada Besarabia pertenece a Ucrania. Las huellas de la turbulenta historia ucraniana son muy visibles. En especial la cruel herencia de las destructivas fronteras intrasoviéticas diseñadas por Josef Stalin para perpetuar el poder del Kremlin. Moldavia prácticamente secciona el suroeste de Ucrania del resto del país.
Budjak, la Besarabia ucraniana, es una región multiétnica que se ubica a lo largo del mar Negro entre los ríos Danubio y Dniéster. La región está bordeada en el norte y el este por Moldavia, mientras que por el sur lo está por Rumanía. Su superficie es de 13.250 kilómetros cuadrados (extensión similar a la de la provincia española de Jaén).
Su potencial es grande. Los paisajes del delta del Danubio, que comparte con Rumanía, y la costa con sus emplazamientos históricos y fortificaciones están infrautilizados. El suave clima de la parte central ofrece excelentes condiciones para la agricultura; hay incluso viñedos. Colonos suizos y alemanes elaboraron vino hasta su expulsión por la Unión Soviética en 1940. Sin flaquear en su política de sanciones al Kremlin, la Unión Europea debería plantearse invertir aquí para potenciar su protagonismo como factor estabilizador. La proximidad de los vecinos Budjak y Rumanía puede convertirse en la llave para su desarrollo en el futuro.
Constituye la parte más occidental –y aislada– del óblast (provincia) de Odesa. Es un territorio poco conocido y prácticamente incomunicado. No existen carreteras, puentes o transbordadores a través del Danubio hacia Rumanía. Sólo dos caminos conectan la zona con el resto de Ucrania. Si esos puentes sobre el río Dniester fueran volados, el aislamiento de Budjak sería completo.
¿Qué interés puede tener para Rusia?
La población local no quiere la guerra como la que está teniendo lugar en Donbás. Desde el Centro para Estudios del Mar Negro, con sede en Odesa, se observa que ha habido hasta ahora una coexistencia relativamente pacífica, sin grandes problemas de carácter étnico en sus relaciones con las autoridades centrales.
Sin embargo, no se puede olvidar la tragedia de mayo pasado, en la que decenas de simpatizantes separatistas, opositores al Gobierno ...
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