El calentamiento global impacta en los enormes glaciares patagónicos. (Mario Tama/Getty Images)

Las temperaturas avanzan al galope allí donde reposan y se derriten las principales placas de hielo y nieve del mundo por culpa del cambio climático. Y se están tomando medidas sorprendentes para intentar evitarlo.

La situación no es igual en todos los lugares, pero el terrible espectáculo del Ártico nos da una idea de lo que sucede. Según un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Maine, dos de los mayores glaciares del mundo, el Thwaites y el Pine Island, se están derritiendo a una velocidad nunca vista en más de 5.000 años. Muy lejos de allí, más del 20% de los glaciares de los Alpes podría desaparecer entre 2015 y 2030 y un tercio de los del Hindu Kush y de la cordillera del Himalaya serán historia para el año 2100 aunque se rebajen las emisiones.

Estas cifras esconden un impacto mayúsculo para cientos de millones de personas y no solo para aquellas que pueden sufrir la elevación de las aguas de mares y océanos. La forma de vida en Groenlandia, Alaska, los Andes, el Hindu Kush o la cordillera del Himalaya se está volviendo mucho más peligrosa por culpa de los aludes y, en los países emergentes, puede dejar atrás (ante la súbita desertificación) a poblaciones enteras y muy especialmente a colectivos vulnerables y con pocos recursos y formación para adaptarse a esta nueva realidad.

En el mapa del Randolph Glacier Inventory, que señala la ubicación de los glaciares de todo el planeta, pueden observarse los países más afectados, entre los que destacan Estados Unidos, China, Canadá, Rusia, Chile o Dinamarca (Groenlandia).

Las medidas que se están tomando y valorando para confrontar la amenaza de derretimiento de los glaciares se centran sobre todo en el diagnóstico, la prevención y la mitigación del deshielo. La geoingeniería, a pesar de la gravedad de la situación y con pocas excepciones, sigue siendo objeto de debate.

 

Diagnóstico

Hasta hace algo más de dos décadas, no empezamos a acceder a unos datos verdaderamente fiables y precisos sobre el deterioro de las grandes placas de hielo y nieve del planeta. Y el motivo es que fue entonces cuando comenzaron a utilizarse los satélites y los drones para medir y crear imágenes útiles que reflejaban la evolución anual de la masa de los glaciares y la forma en la que se estaban deshaciendo en el océano.

Una de las principales misiones fue la que promovieron la NASA y la agencia aeroespacial alemana. Se denominó GRACE y, durante sus operaciones entre 2002 y 2017, se desplegaron dos satélites a 500 kilómetros de distancia. GRACE, que llegó a proporcionar información minuto a minuto, se ha convertido en una de las grandes minas de las que extraen sus datos los glaciólogos y las instituciones internacionales.

Un importante estudio reciente basado en los datos de GRACE ha estimado que, entre 2002 y 2017, los glaciares y los casquetes polares perdieron un promedio de 280 ...