He aquí una serie de documentales que acercan los diversos temas que el conflicto en Siria está poniendo sobre la mesa y que envuelven tanto a víctimas como a verdugos del enfrentamiento armado.

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Imagen de la ciudad de Raqa en Siria en 2017. (Bulent Kilic/AFP/Getty Images)

Hell on Earth: the fall of Syria and the rise of ISIS

Dirección: Sebastian Junger y Nicki Quested Año: 2017

Nacionalidad: EE UU Idioma: inglés y árabe

En Siria, y así lo pone de manifiesto este documental codirigido por Sebastian Junger y Nicki Quested, cada una de las piezas juega un papel muy definido en este tablero bélico. Realizado para National Geographic Documentaries, Hell on Earth se sumerge, en poco más de hora y media, en las causas y en los hechos que, con escasos puntos medios, llevaron al país de Oriente Medio de unas protestas con tintes pacifistas a la guerra internacionalizada.

Con un hilo conductor cronológico, esta cinta ofrece al espectador una visión global de cómo las revueltas sirias de marzo de 2011 demandaban el fin de la corrupción y de la mano dura con la que la familia Al Assad llevaba dominando a su pueblo desde hacía décadas y cómo se convirtió en una proxy war con actores regionales e internacionales. Para entender este complejo puzle, los directores dejan en mano de diversos analistas internacionales el explicar cómo la situación siria actual es consecuencia de las decisiones tomadas en Irak hace una década y de la correlación directa que esto supuso para el ascenso de Daesh.

El complejo proceso de paz parece no encontrar la solución. Staffan de Mistura, enviado especial de Naciones Unidas para la crisis de Siria, calificó como una oportunidad de oro perdida la octava ronda de negociaciones mantenida en Ginebra el pasado mes de noviembre. Mientras tanto, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el número de muertos que deja esta guerra es de 360.000 aunque algunas fuentes lo elevan a 450.000.

Le studio de la terreur

Dirección: Alexis Marant Año: 2016

Nacionalidad: Francia Idioma: francés, árabe e inglés

El posicionamiento de Daesh como actor fundamental en la guerra de Siria no se puede entender sin el perfecto engranaje de su maquinaria propagandística. Tanto en el autoproclamado Califato como fuera de sus imaginarias fronteras, los yihadistas 2.0 utilizan para su particular Guerra Santa los códigos narrativos de la cultura de masas occidental como el cine, los videojuegos, la televisión y las redes sociales en una suerte de cruzada pop que, paradojas de la guerra, tiene su origen en el propio Occidente.

Así, el director de este film, el francés Alexis Marant, intercala testimonios de arrepentidos y de militantes en activo con imágenes de los vídeos producidos por Daesh y que a su vez son analizados por expertos comunicólogos. Las conclusiones a las que llega esta cinta precisan que, si bien nativos digitales se han puesto al servicio del Estado Islámico para llevar la lucha al campo de la opinión pública globalizada, son en su mayoría jóvenes criados en Occidente los soldados que engrosan estas filas.

Encadenando causas y consecuencias, la cinta pone el foco en el siguiente paso de la yihad en los medios de comunicación, que ya promulgo Al Zawahiri, mano derecha y sucesor de Bin Laden, a mediados de los años 2000. Una vez perdido el control territorial por Daesh, el peligro pivota ahora en los llamados combatientes extranjeros retornados puesto que se maneja una cifra de 40.000 las personas que pudieran elegir continuar esta macabra estrategia de marketing con la exportación de la Marca a todo el mundo.

 

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Una joven yazidí en apoyo a las mujeres yazidies secuestradas por Daesh. (Safin Hamed/AFP/Getty Images)

Esclavas del Daesh

Dirección: Yolanda Álvarez Año: 2016

Nacionalidad: España Idioma: español, kurdo y árabe

En agosto de 2014, en el avance del Estado Islámico hacia Siria, los moradores de la ciudad de Sinjar, en el norte de Irak, huyeron a la desesperada hacia el este. En aquel momento, los yazidíes, minoría religiosa con 400.000 fieles en esta zona de Oriente Medio, se convirtieron en un pueblo sometido a genocidio por la barbarie de Daesh. Sus hombres, unos 3.000, fueron aniquilados y sus mujeres, secuestradas y convertidas en mercancía sexual.

Esclavas del Daesh, realizado por la periodista Yolanda Álvarez para el programa de reportajes En Portada de Televisión Española, acerca el testimonio de Nadia Murad, una de estas mujeres que vivía una apacible vida campesina hasta que Daesh le cambió el destino para siempre. Convertida en activista de Derechos Humanos, Murad es la cara visible del alrededor de 3.793 personas que se estima todavía permanecen en las cárceles del Estado Islámico para ser violadas, vendidas y esclavizadas. Esta apología de la violencia sexual y la prostitución forzada que narra esta mujer yazidí fue llevada ante las Naciones Unidas al considerarse una violación del Derecho Internacional Humanitario. Así, la otrora campesina yazidí, lucha ahora con su testimonio como única arma para que su pueblo no sea olvidado y sus mujeres dejen de ser un botín de guerra.

A pesar de que tratados y convenciones internacionales otorgan disposiciones especiales destinadas a proteger a la mujer y la infancia en situaciones de guerra, las palabras de Murad subrayan que esta violencia sexual no es más que un método más para un fin último: la supresión de la identidad yazidí y la aniquilación de un pueblo considerado infiel por el Estado Islámico.

E-Team

Dirección: Katy Chevigny y Ross Kauffman Año: 2014

Nacionalidad: EE UU Idioma: inglés y árabe

Cuando estalla un conflicto, los derechos humanos causan la primera baja. Documentarlo para formar un caso que se pueda llevar a instancias judiciales internacionales es el trabajo del equipo de emergencias de Human Right Watch (HRW), el E-Team. Bajo este nombre, los cineastas Katy Chevigny y Ross Kauffman abordan en este documental el trabajo de investigadores que se desplazan hasta Siria para acceder a las fuentes primarias y recabar información a través de entrevistas y exámenes sobre el terreno.

A lo largo de la cinta, se acerca el trabajo de Anna Neistat y Olef Solvang, dos de estos trabajadores de HRW cuya tarea es conseguir esclarecer qué pasó en un lugar determinado y establecer las causas y los hechos por los que la organización considera que se encuentran con un caso que supone una violación del Derecho Internacional. Admiten, en paralelo a un trabajo que intenta ser aséptico, que no son imparciales puesto que lo que buscan es un impacto real para que la situación cambie. Así, una vez que abandonan los campos de guerra sirios, el reporte que elaboran es presentado ante la prensa internacional cambiando su rol de analista por el de activista.

En un país como Siria, en el que estuvo vigente el estado de excepción durante 48 años (1963-2011), la actividad de los grupos de defensores de los Derechos Humanos ha sido siempre bastante limitada. Distintas organizaciones tanto sirias como extranjeras han reportado acciones como detenciones arbitrarias (con 117.000 personas privadas de libertad), desapariciones forzadas o el uso de armas químicas. Las fuerzas gubernamentales leales a Al Assad, Daesh, la antigua rama de Al Qaeda en Siria y las milicias chiíes apoyadas por Irak son los principales ejecutores de estas atrocidades documentadas.

 

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Una niña vende productos en Raqa, tras haber derrotado en la ciudad a los yihadistas de Daesh, Siria. (Delil Souleiman/AFP/Getty Images)

Nacido en Siria

Dirección: Hernán Zin Año: 2016

Nacionalidad: España Idioma: árabe y español

Según las cifras que maneja UNICEF para Siria, 3,7 millones de niños han nacido desde que estallara el conflicto hace siete años. De ellos, alrededor de 151.000 nacieron, además, en un campo de refugiados. El director Hernán Zin cuenta en este documental la experiencia de todos ellos a través de siete testimonios que trasponen las historias personales a una universal: la infancia como la gran perdedora de la guerra.

Con el mayor éxodo de refugiados después de la Segunda Mundial como trasfondo, Zin utiliza como hilo narrativo las vivencias de estos niños para acercarnos el impacto real de aspectos asociados al conflicto como la migración forzada; las mafias del Mediterráneo y los rescates en aguas turcas; el cierre de las fronteras de Europa y los pactos de la Unión Europea con Turquía; las políticas de asilo; el fallido reagrupamiento familiar o lo que supone empezar una nueva vida lejos de su hogar.

Marwan, uno de los protagonistas de Nacido en Siria, a sus ocho años ya lo tiene claro cuando afirma: “pensaba que el problema era solo cruzar el Mediterráneo. Ahora que estoy aquí [en Europa], me doy cuenta de que el problema es mucho mayor”.

White Helmets

Dirección: Orlando Von Einsiedel Año: 2016

Nacionalidad: EE UU Idioma: inglés y árabe

En este mediometraje documental lanzado por la plataforma Netflix, el director Orlando Von Einsiedel narra la historia de los Cascos Blancos o White Helmets, un equipo de rescatadores que, de no haber sido por la guerra, continuarían siendo zapateros, profesores o tenderos. Sin experiencia previa en rescates, estos hombres han salvado la vida de 58.000 personas desde 2013, año en que se fundó esta organización. Han rescatado a personas bajo los escombros y han ofrecido asistencia médica después de algún ataque.

La Syria Civil Defense es el nombre oficial de este grupo de voluntarios (3.000 personas) cuyo trabajo diario, en muchas ocasiones, es simplemente esperar a actuar tras un bombardeo o entrenarse en Turquía durante varias semanas. Se declaran apolíticos y neutrales en sus intervenciones y claman, y así lo dejan patente en sus palabras recogidas en este documental, un fin de la guerra que suponga la reconstrucción de una Siria estable y próspera en que su pueblo pueda ver realizadas sus aspiraciones políticas, económicas y sociales.

La organización cuenta con 130 bajas mortales en sus filas y recibe críticas que llegan a campañas de descrédito en relación a su financiación y que la catalogan de injerencia extranjera en el curso de la guerra a través de sus acciones.

 

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Un poster muestra la cara del presidente Al Assad en Alepo, Siria, en 2012. (Bulent Kilic/AFP/Getty Images)

The boy who started the Syrian War

Dirección: Jamie Doran y Abq Bakr Al Haj Ali Año: 2016

Nacionalidad: Catarí Idioma: inglés y árabe

Que un pequeño gesto pueda desencadenar el peor de los escenarios de caos solo ocurre si las condiciones son altamente favorables para ello. La cadena catarí Al Jazeera perfila en este documental -dirigido por Jamie Doran y Abq Bakr al Haj Alí- el inicio de esta tormenta perfecta siria. Todo comienza cuando un adolescente de nombre Mouawiya Syasneh y su pandilla realizan unas pintadas antigubernamentales en los muros de su escuela en Daraa, al sur de Siria, con las palabras “Tú eres el próximo, doctor” (la profesión del presidente Bashar es la de oftalmólogo). Habían visto en la tele las primeras repercusiones de las protestas en Túnez y Egipto, y probablemente no eran conscientes del alcance de este acto.

Cuando se grabó el documental habían pasado cinco años desde que todo comenzara y, el todavía joven, Mouawiya contaba con algunos amigos y familiares muertos (incluido su propio padre), otros desaparecidos y una generación convertida por la fuerza de las circunstancias en combatiente. Echaba la vista atrás y concluía que no le mereció la pena, renegó de la dirección que ha tomado la llamada en aquel entonces Primavera Árabe y que, en el caso sirio, sufrió una escalada vertiginosa que sumió en la violencia a Siria.

En este sentido, el Norwegian Refugee Council (NRC) afirma en un informe que los jóvenes sirios, a pesar de tener plena confianza en su potencial, ven como su futuro pasa por obtener la documentación necesaria que les permita comenzar de nuevo lejos de las bombas. Sin estos papeles, las opciones escasean pasando a ser el contrabando, la economía informal o la delincuencia las únicas salidas posibles a esta situación. Según las cifras de la UNESCO, de los 5,5 millones de desplazados sirios a los países vecinos, un tercio son jóvenes y niños en edad escolar.

Su historia, la de miles de jóvenes sirios, se complementa en esta película con la reflexión de que en el país árabe se está macerando una sociedad dominada por la radicalidad. Una situación de fracaso que es patente y que arroja la idea de que, cuando acabe la guerra, Siria (como sus ciudadanos) habrá cambiado para siempre sin saber, a día de hoy, en qué se convertirá