
¿Cuáles serían las consecuencias para las economías estadounidense y mexicana si se desmantelara el tratado Nafta?
Cuando el presidente del Banco de México, Agustín Carstens, dijo que su país sufriría un “huracán de categoría cinco” si Donald Trump llegaba a la Casa Blanca, no exageraba en absoluto. Trump ha prometido construir un muro en la frontera con dinero que podría incautar de las remesas que envían los inmigrantes mexicanos a sus familias (25.000 millones de dólares en 2015), deportar a 5,6 millones de inmigrantes mexicanos indocumentados, desmantelar el tratado de libre comercio de América del Norte (Nafta) e imponer un arancel del 35% a las exportaciones mexicanas a EE UU, que el año pasado alcanzaron 316.000 millones de dólares, el 30% del PIB.
El Banco Central mexicano ha tenido que subir su tipo de interés de referencia al 4,75%, el más alto desde 2009, para contrarrestar las presiones inflacionarias que provoca la campaña electoral en EE UU. Por cada punto que sube Trump en los sondeos, el peso mexicano se deprecia un poco más. La divisa mexicana, la octava moneda que más se comercia en los mercados de capitales mundiales por su elevada liquidez, ha perdido el 12% de su valor en lo que va de año, algo que no ocurría desde el tequilazo de 1994-95. Y difícilmente abandonará la zona de turbulencias hasta después del 8 de noviembre. Y solo si gana Clinton.
En caso contrario, México sufriría una verdadera tormenta perfecta al sumarse a la victoria de Trump los bajos precios del petróleo, que supone casi el 18% de los ingresos públicos; el débil crecimiento de la economía, un mediocre 2,5% de media anual desde 1994 cuando el Nafta entró en vigor; la abultada deuda pública, un 30% de la cual está denominada en dólares; y la más que probable alza de los tipos de la Reserva Federal.
Gracias al Nafta, el comercio bilateral de México con EE UU alcanzó el año pasado los 583.000 millones de dólares, frente a los 104.000 millones de 1993. Hoy un 80% de sus exportaciones se dirigen a su gigantesco vecino del norte, con el que México tuvo un superávit comercial de 58.000 millones de dólares en 2015. Uno de cada tres puestos de trabajo del país depende directa o indirectamente del Nafta. Con esas cifras, no extraña que el 52% de los mexicanos esté en contra de un Mexit del bloque.
Trump, en cambio, asegura que el Nafta es el “peor acuerdo comercial firmado nunca”. Pero como le espetó Hillary Clinton en el primer debate presidencial, el candidato republicano vive en su “propia realidad”. Desde los 60, el comercio exterior estadounidense ha pasado del 10 al 30% del PIB. Más de la mitad de sus exportaciones van a países con los que la superpotencia tiene firmados tratados de libre comercio.
Trump, que asegura que ...
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