Washington quiere retomar el control de una región que se la ha ido de las manos en los últimos 20 años. La presente crisis y peligrosa escalada militar es producto de la complejidad de fracturas que tiene Oriente Medio y la creciente imposibilidad de Estados Unidos de manejarlas. El asesinato del comandante militar Qasem Soleimani es parte de la compleja relación que mantienen Irán y EE UU desde hace siete décadas. El resultado será una inestabilidad aún más peligrosa.

Los pasos dados por Washington en Oriente Medio en las últimas semanas indican el intento de volver a controlar una región en la que fue hasta hace dos décadas la potencia dominante. Pero Estados Unidos ha perdido la capacidad que tenía de manejar las intrincadas dinámicas locales marcadas por rupturas entre diferentes identidades, sociedades, políticos y poderes regionales.
Acciones como el asesinato del comandante militar Qasem Soleimani, general de división iraní, comandante de la Fuerza Islámica Revolucionaria Quds, y las amenazas del presidente Donald Trump tanto de atacar Irán como de cobrarle a Irak la ayuda militar provista desde 2003, son signos de debilidad y falta de una estrategia hacia Oriente Medio. A ello se suma que EE UU produce el petróleo que necesita, y ya no precisa garantizar el acceso a este recurso.
Estados Unidos se encuentra en un largo proceso de abandonar la región, pero debido al poder que Washington tuvo, la presencia y alianzas que todavía conserva, y la fuerza militar que posee, su retirada está generando destrucción y caos. Su salida, además, coincide con las ambiciones de una serie de potencias regionales y externas: Irán, Arabia Saudí, Turquía, Rusia y China, además de la presencia europea. Por su parte, Israel desarrolla su propia política exterior y de defensa, en ocasiones coincide con Estados Unidos, pero crecientemente está estableciendo alianzas no convencionales con Moscú, Ankara y las monarquías del Golfo.
Una salida de la región es abandonar, ante los hechos consumados, su papel hegemónico y su capacidad de influenciar acontecimientos. En otras palabras, relacionarse, eventualmente influir, sin necesariamente tratar de dominar. Como dice el historiador Victor Bulmer-Thomas, pasar de imperio a ser un Estado normal.
Las recientes decisiones tomadas por Trump tienen resonancias de siete décadas de compleja relación entre Estados Unidos y Oriente Medio, y especialmente entre Washington y Teherán. Más recientemente, reviven parte de la agenda intervencionista militar del ex presidente George W. Bush y los golpes quirúrgicos contra líderes de grupos armados que practicó masivamente Barack Obama para evitar la implicación directa de tropas en combate. Ambas formas de uso de la fuerza, pese a sus diferencias, intentaban sustituir la carencia de políticas sobre el papel de EE UU en la región.
Una relación turbulenta
Desde el fin de la Segunda ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF