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Adalberto Espinoza migrante temporal de México trabajando en Denver. (Nick Cote for The Washington Post via Getty Images)

¿Cuáles son las causas que hacen que baje el número de mexicanos que decide emigrar a suelo estadounidense?

Cientos de miles de migrantes indocumentados provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador han sido apresados durante sus intentos de ingreso a Estados Unidos en los últimos años. En 2019, el número de estos centroamericanos capturados fue de 653.809 – el 64% del total. Sin embargo, ese mismo año, el número de mexicanos interceptados al entrar a EE UU sin los documentos necesarios fue de 254.595 – el 25% del total. El pico de capturas de mexicanos fue el año fiscal 2004 con 1,1 millones, cuando estos representaban el 92% del total de migrantes detenidos al entrar en suelo estadounidense mientras que las 60.023 capturas de centroamericanos eran solamente un 4,8%.

¿Por qué desciende tanto en este siglo el número de mexicanos indocumentados capturados al intentar cruzar la frontera para entrar en EE UU? ¿Qué consecuencia más general pueden tener estos cambios?

En su campaña presidencial de 2016, el candidato Donald Trump denunció que oleadas de mexicanos indocumentados intentaban ingresar en Estados Unidos. Sin embargo, ya para 2016 el número de capturados había caído a 266 mil. Trump no fue la causa de ese descenso ya que ocurrió después de 2004, mucho antes de su elección.

¿Mejoró la eficacia de la represión migratoria? La represión migratoria, incluyendo la construcción de murallas fronterizas, aumentó mucho antes de este siglo. Desde mediados de los 80 hasta el comienzo de este siglo, EE UU quintuplicó el presupuesto de su patrulla fronteriza mientras que su personal se duplicó. La construcción de murallas fronterizas comenzó durante la presidencia de Bill Clinton, y continuó bajo todos sus sucesores, transformando la antigua migración estacional cíclica o circular en un flujo migratorio permanente. En décadas pasadas, los migrantes mexicanos ingresaban buscando empleo durante una estación del año, o por algunos años, y voluntariamente regresaban a México. Sin embargo, la intensificación de la represión migratoria empeoró el problema que intentaba resolver. Las murallas le comunicaban al migrante: “si ya te cuelas, ¡quédate!”.

Además, si la mejor eficacia de la represión migratoria fuera la explicación, el número de capturas de mexicanos indocumentados debió haber aumentado. Sin embargo, cayó.

¿Fracasó la interdicción? Quizás aumentó el número de mexicanos que cruzaron la frontera sin ser detectados. La patrulla fronteriza estadounidense afirma que a comienzos de este siglo el número de migrantes no localizados rondaba el millón, pero que se había reducido a unos cien mil antes de comenzar la presidencia de Trump. Si bien estos números son halagüeños para la fuente que los proporciona, es improbable que los fallos de detección expliquen la reducción del número de migrantes mexicanos capturados. La tasa de capturas ya había subido mientras que estas caía.

¿Mejoró la eficacia de la disuasión? Una vez que la ruta migratoria requiere cruzar el gran desierto fronterizo, la probabilidad de muerte aumenta. Surge así la hipótesis de que la intensificación de la represión migratoria disuadió a los posibles migrantes indocumentados que desistieron del cruce. Investigadores en El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) señalan ese impacto. De 2005 hasta 2010, aumentó la represión migratoria. La proporción de mexicanos repatriados, entrevistados por los investigadores de COLEF, que reportaron su intención de reingresar a EE UU se redujo del 80 al 60%, cayendo al 40% en 2019. Sin embargo, debido a que el número de mexicanos repatriados por suelo estadounidense cayó dramáticamente durante la segunda década de este siglo, el efecto de la disuasión no explica por qué la cifra de capturas de mexicanos indocumentados que buscaban cruzar la frontera se desplomó por casi un millón – a menos repatriados, inferior el impacto numérico de la disuasión.

¿Se transforma México en un paraíso? ¿Mejoró tanto la situación de México que se desvaneció el deseo de emigrar? La economía mexicana colapsó durante los 80, estimulando la emigración. A partir de entonces la tasa de crecimiento del producto interno bruto en precios constantes fue positiva cada año desde 1989 hasta 2018, a través de cinco presidencias, con la excepción de 1995, 2001-2002 y 2008-2009. La tasa de ocupación parcial y de desempleo fue 8,6% en 1998, 11,6% en 2010 y 9,1% en 2018, según los datos de la Encuesta Nacional de Empleo 2004. Estos resultados fueron suficientemente buenos, primero, para estabilizar y, después, para reducir el incentivo a emigrar.

Sin embargo, entre 2006 y 2018 la tasa de homicidios en México por cada cien mil personas se triplicó. Se mantuvo a este alto nivel en 2019-2020. La tasa de homicidios en México excedía la de Guatemala. (Entre 2004 y 2019, el número de capturas de guatemaltecos migrantes se multiplicó por dieciocho.) El aumento de la tasa de homicidios en México implicaba que el volumen de emigración mexicana debió ser muy superior y, sin embargo, eso no ocurrió. México resultó ser más violento, pero menos generador de migrantes, que Guatemala.

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Frontera entre México y EE UU. Muestra de los restos del equipaje de un migrante en su intento por cruzar la frontera. (Andrew Lichtenstein/Corbis via Getty Images)

Cambia el régimen legal en EE UU. El número de mexicanos ingresando con visa de inmigración permanente se redujo de un promedio de 275.000  por año durante los 90 a 171.000 en 2000, manteniéndose estable en años posteriores (174.000 en 2016 y 156.000 en 2019).

Sin embargo, Estados Unidos cambió la aplicación de su régimen legal pertinente para los trabajadores temporales mexicanos y sus familias. Su número saltó de 81.000 en 2000 a 517.000 en 2010, 843.000 en 2016 y 897.000 en 2019. La magnitud del aumento del número de trabajadores temporales es similar, aunque algo inferior, a la magnitud de la suma del declive de capturas de mexicanos y de inmigrantes mexicanos, con visa de permanencia, ingresando a EE UU.

Aun así, eso no explica por qué el número de migrantes mexicanos no aumentó más. A pesar del extraordinario aumento de la violencia criminal, que incluía pero no se limitaba a homicidios, el número de migrantes mexicanos simplemente se estabilizó. No creció.

Para esta última pieza del rompecabezas, la explicación es demográfica. El número de nacidos vivos por mujer fue de 6,75 en 1950 y se mantuvo en 6,75 en 1970. Sin embargo, cae a 3,75 en 1990 y 2,40 en 2010. Esos nacidos en los 70 nutren la migración neta de 2,3 millones de mexicanos en 2000, número migratorio que cae un 75% para 2010. Desde 1976 hasta 2014, la proporción de mujeres mexicanas que usan anticonceptivos saltó de 30,2% al 72,3%, según La anticoncepción: implicaciones en el embarazo adolescente, fecundidad y salud reproductiva en México. (Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014. ENADID). Esa es la razón por la cual no aumentó el movimiento de ciudadanos de México en la frontera con Estados Unidos: si no nacen, no emigran.

En 2016, Trump altera el debate migratorio en Estados Unidos, detonando un pánico sobre la barbarie de migrantes mexicanos. Durante su presidencia, trasladó ese miedo a la más reciente migración centroamericana. El debate político actual puede aprender del anterior. Washington puede modificar la aplicación de sus procedimientos migratorios, permitiendo la entrada legal de centroamericanos al igual que ya ocurrió con los mexicanos, tomando en cuenta que ha decelerado el crecimiento demográfico estadounidense, y por tanto frenado el crecimiento de la oferta laboral; la mitad del crecimiento demográfico anual estadounidense ya depende de la inmigración de acuerdo con los datos que muestra el Our Population Has Grown by 100 Million People Since 1980, But Growth is Slowing – USAFacts.  Al mismo tiempo, los programas de cooperación internacional deben tomar en cuenta también la experiencia mexicana. Se debe empoderar a las parejas en sus respectivos países de origen para que, con los recursos necesarios, logren el número de hijos que desean, y ni uno más.