
América Latina busca su integración mientras Washington fija su atención en Asia-Pacífico.
La cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina (CELAC) realizada en México el pasado 18 de septiembre determinó un momento probablemente decisivo en la geopolítica hemisférica a la hora de dar curso a un proceso de integración plenamente latinoamericana, sin la intermediación estadounidense.
Esta perspectiva define un nuevo momento en la geopolítica hemisférica: a grandes rasgos, América Latina busca desprenderse de la histórica tutela estadounidense e, incluso, "atlantista". Toda vez que, para Washington, sus intereses geopolíticos hacia el eje Indo-Asia-Pacífico, definidos en el reciente acuerdo AUKUS firmado por EE UU, Gran Bretaña y Australia el pasado 15 de septiembre, implican igualmente observar la perspectiva de que los asuntos latinoamericanos han perdido cierto escalafón de prioridades en su política exterior.
Además de la ausencia de EE UU en un mecanismo de integración impulsado desde 2010 por el ex líder venezolano desaparecido Hugo Chávez, la CELAC había mantenido un perfil bajo en los últimos años. No obstante, la cumbre de México dio un giro inesperado, en particular ante la activa implicación del presidente anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, quien buscó trazar nuevas hojas de ruta en temas que generan tensión a nivel hemisférico.
Entre esos temas destacan Venezuela, cuyo proceso de negociación para salir de la crisis se reanudó este 24 de septiembre en Ciudad de México; Cuba, con el espaldarazo de López Obrador invitando al presidente cubano Miguel Díaz-Canel a los actos de la independencia mexicana (16 de septiembre), así como a la cumbre de la CELAC; y Nicaragua, donde la presidencia mexicana mantuvo una actitud distante hacia el régimen de Daniel Ortega por la represión preelectoral en ese país.
¿Adiós a la OEA?
La cumbre de la CELAC en México podría interpretar la posibilidad de un nuevo reordenamiento geopolítico a nivel hemisférico, donde EE UU ya no tendría la incontestable voz de mando. Y en este aspecto, la CELAC también pretendería desplazar la operatividad de uno de los organismos hemisféricos impulsados por Washington desde la Guerra Fría: la Organización de Estados Americanos (OEA)

La OEA, creada en 1948 durante la Cumbre Interamericana de Bogotá y con sede en Washington, se convirtió prácticamente en el organismo regional con mayor capacidad de influencia en los asuntos hemisféricos, donde EE UU pudo definir con mayor nitidez sus políticas regionales de acuerdo a sus intereses.
Esta implicación estadounidense en la OEA se observó durante la Guerra Fría, con la intención de evitar la expansión hemisférica del comunismo ...
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