
La llamada "operación militar especial" de Putin es sometida a examen interno. ¿Cómo ven los rusos la guerra en Ucrania un año después de la invasión?
“No se puede derrotar a Rusia en el campo de batalla”. La declaración del presidente Vladímir Putin ante la Duma estatal el pasado 21 de febrero ilustra claramente el leitmotiv que el Kremlin sigue interpretando sin fisuras ni autocrítica desde que, el 24 de febrero de 2022, decidió llevar a cabo la invasión militar a la vecina Ucrania, oficialmente declarada en Rusia como "operación militar especial".
Un año después estos objetivos siguen intactos, centrados en “desnazificar Ucrania” y “proteger a nuestros hermanos étnicos y rusoparlantes”, particularmente en el caso de la región del Donbás, de las "amenazas del régimen instalado en Kiev"; una perspectiva integrada dentro del esquema de reunificación del russkiy mir, el ‘mundo ruso’ como prioridad estratégica para el Kremlin. Este mismo esquema podría igualmente aplicarse ante las tensiones que comienzan a manifestarse entre Rusia y Moldavia y que implican a la República Pridnestroviana de Transnistria, un Estado de facto de minoría rusoparlante no reconocido a nivel internacional pero que cuenta con el apoyo geopolítico de Moscú.
A grandes rasgos y más allá de las política comunicativa del Kremlin, estos objetivos también están presentes (y, por lo que se puede apreciar, con un elevado nivel de legitimidad) dentro del imaginario colectivo de la sociedad rusa. En clave geopolítica, significa también la necesidad de alejar a Ucrania de la órbita de influencia occidental, especialmente de EE UU y de la OTAN, para garantizar la seguridad nacional rusa. Un escenario que recrea, con sus matices, la reproducción de una especie de ‘cordón sanitario’ dentro del territorio ucraniano similar al ‘Telón de Acero’ de la Guerra Fría.
Rusia en Ucrania: una cuestión 'existencial'
Cómo ve la sociedad rusa lo que está sucediendo en Ucrania puede arrojar luces sobre el futuro político y social del país. En sus discursos oficiales, Putin y los altos cargos de su gobierno interpretan esta "operación militar especial" desde un prisma incluso existencial, resumido en la necesidad vital que supone la preservación de ese 'mundo ruso' que presuntamente (o quizás en realidad así es para muchos rusos) se encuentra amenazado por Occidente. Durante un acto masivo a finales de febrero, Putin lo culpó de provocar la guerra en Ucrania como una herramienta geopolítica orientada a “destruir Rusia”.

Observemos algunas declaraciones recientes de Putin para darnos cuenta de la vigencia de esta percepción existencial y vital ante la 'amenaza occidental' y de cómo esta perspectiva tiene un elevado nivel de aceptación en el seno de la sociedad rusa: “Tienen un objetivo: desmantelar la antigua ...
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